Estremece pensar en la cantidad de trabajo de sustitución que van asumiendo las entidades y los voluntarios. Si un día todos los que trabajan tanto, y bien, y gratis, por el bien común hicieran huelga durante una semana, el mundo se colapsaría. A ellos no se les ocurre, claro, son resistentes, inconformistes. Se han hecho del todo imprescindibles. "
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