«Mi vida ha cambiado al cien por cien. Soy mucho más alegre. Ha sido lo mejor que me ha pasado y una enorme inyección de moral. He luchado mucho para tener una vivienda, que siempre he acabado perdiendo »
«A mí me dieron la vida, porque vine muy mal. Aquí hay mucha tranquilidad ».
«Tenemos alguien que siempre se preocupa por nosotros. Yo lo considero una familia ».
Estos son testmonios de las usuarias de uno de los hogares que gestiona la Fundación. Si quieres leer todo el artículo sigue el siguiente enlace